PERIODISMO EN EL SIGLO XXI. UN VISTAZO DEL PASADO, PRESENTE Y LO QUE PUEDE LLEGAR A SER EL PERIODISMO DE ESTE SIGLO.

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Con la llegada de Internet y de las llamadas tecnología o web 2.0, es que ha sido posible la concepción de un nuevo quehacer en el periodismo mundial, el cual ya no yace en los mecanismos tradicionales de la prensa escrita, sino más bien en sistemas producción, así como en la fusión de medios que ofrecen productos interactivos y de contenido multimedia, que se caracterizan por la fusión de video, audio, imagen, actualizaciones inmediatas, pero sobre todo interacción con el usuario, quien se ha convertido en más que espectador y se ha ido involucrando en la creación contenidos.

Derivado de esa “Revolución Digital” es que las tradicionales fuentes de información, por un lado se han tenido que ampliar y por otro lado demandan otro tipo de características y aptitudes al periodista, lo que en evidente consecuencia nos lleva a pensar en cuál debe ser el rol del periodista “moderno”, e inclusive nos permite cuestionarnos sobre qué tendrá que ser y hacer un periodista para subsistir en este entorno tan digitalizado e híper conectado.

La época actual le exige un gran reto a los periodistas, quienes sólo podrán enfrentar el nuevo entorno sí tienen bases sólidas que le permitan afrontar las dificultades que la era digital trae consigo, lo cual desde luego implica la exigencia de atender las demandas actuales del mercado. Las tendencias señalan y apuntan a que los periodistas del siglo XXI, tendrán que ser profesionales de la multimedia; capaces de utilizar todos los recursos digitales que tengan a su alcance, si es que desean perdurar en una época donde la ferocidad de los medios está acabando con el periodismo tradicional.

Ante lo que parece un panorama poco alentador para los periodistas, tan lleno de cambios y crisis, con la postmodernidad y las nuevas tecnologías, resulta imposible no preguntarse ¿Qué hace diferente al periodista digital? ¿A quién se debe esta nueva modalidad de periodista? ¿A quién le debe o debería ser fiel?

Respecto de lo señalado en el párrafo anterior, es importante traer a colación lo que Bill Kovach & Tom Rosenstiel en su obra “Los elementos del periodismo” señalan al respecto, por principio de cuentas, mencionan que como consecuencia natural de  la masificación de la información y con las nuevas demandas de la sociedad globalizada, los líderes y dueños de los periódicos se han convertido en hombres de negocios y que como en todo negocio hay que promover la atracción de nuevos clientes, lo que desde luego y en evidente concordancia limita el albedrío que quienes escriben, lo que sin duda ha venido mermando la confianza de los lectores.

De ahí que si el periodismo es visto como un negocio, como una fábrica de dinero y contactos, deviene obvio que habrá una multitud de confusiones y dilemas éticos y morales al interior de los medios, ya que de esa manera se está socavando la labor de quienes tienen como labor la reacción de noticias, pues cómo hacerlo sin favoritismos ni temores, cómo si resulta complicando desmenuzar a quién se debe ahora, si será a quién les paga, si, desde luego, a la sociedad, sí será a ellos mismos.

“Los Elementos del Periodismo” de Kovach y Rosenstiel, nos permite reflexionar sobre lo que debería ser la realidad, y esa no es otra que el compromiso que debe tener el periodista y la lealtad que debe observar respecto de la sociedad, de los ciudadanos, a ellos es quien se debe, quienes deben de importarle al momento de redactar sus notas, pues a final de cuentas, ellos son sus “consumidores”, es decir, lo que tendría que consolidarse es la independencia del periodismo en sí mismo.

La independencia del periodismo observada en su justa dimensión, tendría como propósito en primera instancia la objetividad, sin embargo, la objetividad a ultranza puede traer como desafortunada consecuencia el aislamiento, ya que el intentar eliminar de sus redacciones todo interés comercial o de negocios  o de cualquier influencia del entorno, puede, contrariamente a lo pensado, conducir a una falta de compromiso con la sociedad, lo cual a decir de Kovach y Rosenstiel se deriva, en parte, de la profesionalización del periodismo.

Sin embargo, el aislamiento en el periodismo no sólo es causado por el exceso de independencia u objetividad a ultranza, sino que también los cambios y modificaciones en su tono, pues se ha venido convirtiendo en un enmarañado de subjetividades y opiniones tendenciosas, ya que lejos de informar sobre los hechos primigenios, se escribe o informa respecto de los que personajes públicos dicen de los hechos, lo que evidentemente trae consigo la desinformación a quién en un principio se debe el periodista: la sociedad.

Lo planteado hasta el momento, hace parecer que el periodismo, como lo conocemos hasta hoy en día, está en decadencia, y que los periodistas han dejado de serlo y que ello no conoce remedió alguno, sin embargo, nuevamente retomando lo que Kovach y Rosenstiel señalan en su obra, existen cinco principios básicos que todos los periodistas deben conocer y respetar, a saber: 1) los propietarios de la empresa deben comprometerse ante todo con los ciudadanos, 2) Los directivos de los medios también deben estar comprometidos con los ciudadanos, 3) Establecer y clarificar los conceptos básicos, 4) El periodista es quien tiene la última palabra sobre la noticia –no el dueño o directivo del medio donde se desempeñe- por último, pero no por ello menos importante 5) Comunicarle al lector criterios lo suficientemente claros.

Lo anterior refiere que los periodistas al tiempo de informar, deben actuar con la confianza de que su trabajo se basa en un método mediante el cual la información obtenida pueda ser verificada, si bien cada periodista puede tener su propio método de verificación, esa es justamente la esencia del periodismo, ya que ello lo distingue de la propaganda, del entretenimiento y de las obras de ficción.

Como se ha venido señalando  la verificación es parte y principio fundamental del periodismo, sin embargo también forma parte de uno de los conceptos que más confusión genera en el gremio, como lo es la objetividad, pues ésta última apela a la necesidad de que los periodistas elaboren un método transparente de comprobación de la información, tanto que los aspectos sociales, económicos y culturales no interfieran en la veracidad de la información noticiosa, mas con el paso del tiempo más que hablarse de objetividad, se  prefiere hablar de realismo, y es de ese modo que al confundirse ambos conceptos, se confunde el enfoque de debe tener la información que está siendo difundida, que si bien es cierto no distan uno del otro, más cierto es que no son sinónimos.

 

Continuará…

Aldonza Lorenzo.

“La explosión del periodismo”. Ignacio Ramonet. Decadencia del periodismo, renovarse o desaparecer. Parte II

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Existe una propuesta de creación de quinto poder, cuya función sería la de denunciar el súper poder de algunos grandes grupos mediáticos, que no sólo no defienden al ciudadano, sino que incluso actúan en su contra; ello debido al estallido, multiplicación y abundancia de información, la cual está literalmente contaminada por mentiras de cualquier tipo. La libertad de expresión no es más que la prolongación de la libertad colectiva de expresión, la cual a su vez es el fundamento de la democracia.

Han existido a lo largo de la evolución del periodismo diversos fraudes mediáticos, sin embargo, los más importantes han sido aquellos con relación a la guerra de Irak, pues algunas de ellas no eran más que escenas completamente fabricadas en aras de hacer propaganda. Otro caso de los más sonados es el caso Kelly, mismo que comenzó en 2012, cuando el gobierno laboralista de Tony Blair exageró deliberadamente la información sobre las armas de destrucción masiva supuestamente en manos de Saddanm Husein, o el caso Valerie Plane con el fin de demostrar la existencia de una amenaza nuclear  en Irak y justificar la invasión del país. Por lo mencionado en el presente párrafo, entre otras razones, la prensa se encuentra “al borde del precipicio”.

Como contrapeso a la decadencia de la prensa, señalada en el párrafo anterior, existen varias innovaciones en aras de retomar el éxito que se le ha venido escapando al periodismo, entre éstas se encuentra el naciente “periodismo sin ánimos de lucro”, financiado por mecenas, fundaciones o donativos ciudadanos. Otra gran tendencia del periodismo moderno, es aquel que combina en una misma web, el trabajo de periodistas profesionales, de expertos así como la colaboración de blogueros, facebookeros e internautas en general; una modalidad diferente de periodismo es también aquel periodismo de base de datos, considerado un gran logro de la democracia moderna ya que permite buscar y acceder de forma inmediata a bases de información creadas por instituciones ya sean del sector público o privado.

El caso WikiLeaks y la publicación ilegal de documentos confidenciales, creado en 2006 por un grupo de internautas anónimos, donde Julián Assange fue el portavoz, asumió la misión de recibir y hacer públicas filtraciones de información garantizando la protección de las fuentes. WikiLeaks se creó, a decir de Assange, derivado de tres razones: la muerte a escala mundial de la sociedad civil, el enorme y creciente Estado de Seguridad oculto extendido por el mundo y el hecho de que los medios de comunicaciones son un desastre. La filosofía de WikiLeaks se basa en un principio fundamental, que los secretos existen para ser develados.

Es importante destacar del texto de Ramonet, que se señala que aquellos que han sobre reaccionado con el pretexto de que los documentos revelados por WikiLeaks proceden del denominado robo de archivos, no deberían olvidar que los fundamentos de la libertad de prensa descansan en gran medida sobre filtraciones, sin embargo lo importante es que WikiLeaks hace posible que el mundo conozca determinada información que concierne a los ciudadanos y que los poderes no quieren revelar. En el mismo sentido, aunque no con la misma intención, apareció Anonymus, como una forma de manifestación digital equiparable a las de la vida real, donde una multitud sale a la calle para expresar su rechazo frente a determinadas medidas.

Ramonet, señala que es injusto que se obligue al lector en papel, a aquel que compra el periódico o lo adquiere vía suscripción a subvencionar al lector que desde su computadora lee de manera gratuita la edición digital de dichos medios. En el presente rubro también ha surgido una revolución, pues mientras antes los medios de comunicación vendían información o entretenimiento a los ciudadanos, ahora prefieren vender ciudadanos a los anunciantes, pues cuento mayor es el número de consumidores de un medio, más caras serán las tarifas de publicidad. Por otro lado, la información online, depende de la economía del clic y del enlace, la cantidad de clics que realizan los internautas en los banners de publicidad y ello es lo que determina la rentabilidad de la información.

En La Explosión del Periodismo, Ramonet señala que internet no sustituirá a la prensa escrita, como tampoco la televisión ha sustituido a la radio o al cine, ni éste último al teatro o la ópera, por lo que en lo que a medios de comunicación se refiere, también es aplicable el aforismo de Walt de Heer “Los aviones no han sustituido a los barcos”, continua señalando que no hay duda de que la prenda escrita está buscando la forma de resurgir, pero no por ello, los periodistas van a desaparecer, pues probablemente no ha existido un momento más favorable para ser periodista.

Lo anterior es así dado que los lectores continúan reclamando su derecho a una información fiable y de calidad, situación que hoy es más importante que nunca para los ciudadanos y para la democracias, mas tampoco hay que olvidar lo esencial: les gusta leer heridas, pues a veces olvidamos que el periodismo pertenece a la familia del arte literario. Se afirma que el futuro del periodismo es un periodismo de orientación y profundización.

 En conclusión Ignacio Ramonet, expone en La explosión del Periodismo, lo brutal que ha resultado la aparición y proliferación de internet, así como de las nuevas e innovadoras tecnologías en el periodismo de costumbre escrita, es decir la prensa tradicional, mismos que han venido registrando una caída paulatina no sólo en ventas sino también en cuanto a calidad de información se refiere.

Aldonza Lorenzo.

 

 

 

 

 

 

 

«La explosión del periodismo». Ignacio Ramonet. Decadencia del periodismo, renovarse o desaparecer

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Ignacio Ramonet, de origen español, ingeniero y sociólogo, doctor en Semiología e Historia de la Cultura. Director en Le Monde Diplomatique, cofundador del movimiento Attac así como de Media Watch Global, distinguido promotor del Foro Social Mundial de Porto Alegre, profesor invitado en varias universidades, entre las que se encuentran la Carlos III, La de Buenos Aires, la de Valencia, por mencionar algunas; distinguido con doctorado honoris causa  por la Universidad de Santiago de la Compostela en España.

Ramonet ha sido un importantísimo representante del pensamiento crítico sobre el escenario que hoy en día enfrenta la comunicación, asiduo analista del papel de los medios como instrumentos de dominación y control social. Su obra La explosión del periodismo, deviene provocadora, invita fuertemente a la reflexión, pues se aparta de los discursos académicos y políticamente correctos, dando paso a una controversia generalizada sobre la irrupción de internet y de las nuevas tecnologías en la prensa escrita, considerada tradicional.

La explosión del periodismo, comienza haciendo un análisis sobre la creciente crisis de identidad que en la actualidad y gracias a la implementación de nuevas tecnologías, sufren los periodistas, ello es así- señala Ramonet- toda vez que, con la blogosfera, en cada ciudadano prácticamente existía un “periodista” en potencia, lo que sin duda hace surgir la interrogante sobre la identidad del periodismo así como la validez de la información.

En ese contexto es entonces que se plantea el cuestionamiento sobre ¿Qué es realmente un periodista? ¿Cómo se puede distinguir a un periodista de un web-actor? ¿Es más válida la “verdad” del periodista que la de aquel testigo que narro los hechos o que ofreció su punto de vista? Ramonet señala que el periodista profesional es quien se toma el tiempo necesario para verificar, contrastar y confirmar la información, sin embargo también señala que el punto de partida ya no es ese, ya que dada la “dictadura” de la urgencia, los periodistas ya no disponen de tiempo suficiente para realizar éstas actividades, por lo que los medios se ven dominados por informar rápido, en lugar de informar bien.

El autor, pone de manifiesto el hecho de que los internautas han dejado de ser individuos pasivos y aislados, y que por el contrario también quieren ser productores de contenidos-prosumers (prosumidores, productores-consumidores; pro-am (profesionales-amateur)- lo cual ha generado que estos nuevos actores adquieran un poder inaudito, pues a decir de Ramonet, serán éstos quienes determinaran lo relativo a la Web 2.0.

Reconoce que la masificación de los medios y la consecuente Revolución digital, provoca que los grupos de medios pasen por uno de los peores momentos de la historia, pues en muchas de las ocasiones las herramientas innovadoras han entrado a competir y muchas veces han conseguido sustituir a los medios de comunicación tradicionales. Derivado de ello es que varios especialistas han previsto que en un lapso relativamente corto, las ventas de los diarios caerían en una orden de 50%, dado que la mayor parte de los lectores accederían a consultar y consumir contenidos a través de internet, desde sus teléfonos móviles o dispositivos táctiles, dicha previsión se vio reflejada, por ejemplo, en Estados Unidos, que en 2009 más de 40 periódicos se declararon en quiebra.

Como estrategia de combate, para disminuir lo señalado en el párrafo inmediato anterior, Ramonet señala en su texto, que algunos periódicos decidieron reducir su número de páginas, y algunos otros eliminaron su edición dominical; asimismo hace notar la proliferación de los denominados blogs personales y la digitalización de los medios, poniendo como ejemplo el Journal do Brasil, que en 2010 abandonó el papel para convertirse en el primer diario exclusivamente digital del ese país.

Como consecuencia de lo hasta aquí señalado, es que los empresas de prensa han comenzado a contratar a los cost killers, quienes cortan por lo sano plantilla y gastos,  por lo que los despidos han sido masivos, lo cual, por lo menos en Estados Unidos, implicó terminar con 25,000 empleos, que los salarios de quienes permanecieron en sus puestos se viera disminuido y que incluso sus condiciones de trabajo empeoraran considerablemente, lo cual se ve traducido en reducción de los corresponsales en el exterior de diversos medios, entre otras cuestiones. Ramonet remata diciendo que los “periodistas de papel”, están siendo relevados “por una nueva generación de freelance superexplotados” y que a ellos les pertenece el futuro del periodismo.

Continúa señalando que la “revolución Internet”,  ha agravado la decadencia de los diarios de prensa escrita, pero que además de ésta, la crisis económica mundial y el hecho de que la gente ya no es fiel a un periódico ha influido en dicha decadencia; aunado a ello, Ramonet menciona que existe una confusión permanente entre comunicación e información, y que a estos factores se suma la erosión de la credibilidad, pues los ciudadanos desconfían de una prensa que pertenece un grupo de empresarios que controlan el poder económico y que actúan, en algunas ocasiones en contubernio con los poderes políticos.

A decir del autor, es importante también tomar en cuenta el descrédito de los “periodistas dominantes”, quienes no tienen verdadero contacto con la sociedad y por el contrario si lo tienen con la clase política, que dicho sea de paso, es la más desprestigiada, lo cual permite colegir que la situación es alarmante hasta un punto que permite afirmar que los medios de comunicación dominantes constituyen en la actualidad un grave problema para la democracia.

Ramonet, en su libro, señala que pese a encontrarnos en una sociedad supermediatizada, existe una inseguridad informática, dado que la fiabilidad de los medios de comunicación se reduce a medida que la información prolífera, trayendo como consecuencia un fenómeno conocido como “Censura democrática”; pues la información ha llegado a ser tan abundante y a estar tan llena de parásitos que es asfixiante y por lo tanto impide conocer qué “otra información” no tenemos  la mano, ya que ese exceso impide el camino al conocimiento.

El hecho de que los medios de comunicación estén en constante crisis, y con el avance de la globalización económica, el contenido del “cuarto poder” ha ido perdiendo su función de contrapoder, pues hoy en día el único poder está en manos de un pequeño grupo de empresarios con gran influencia, ya que ellos son considerados los “nuevos amos del mundo”.

Las empresas de medios de reciente creación, poseen dos singularidades, en primer lugar, se ocupan de todo lo que tiene que ver con la palabra escrita, la imagen y el sonido, y lo difunden mediante diversos canales, y en segundo lugar, éstas empresas o consorcios son globales y no sólo nacionales o locales. A decir de Ramonet, la comunicación se ha convertido en la materia prima estratégica, dado que la globalización también implica la globalización de los medios de comunicación de masas; y si es que los medios se siguen denominado “cuarto poder”, es porque ahora se han sumado a los otros tres poderes dominantes, como lo son la política, la economía y las finanzas.

Continuará…

Aldonza Lorenzo.

No puedes dejar de leer «Los elementos del Periodismo»

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LOS ELEMENTOS DEL PERIODISMO

De Bill Kovach & Tom Rosenstiel

Bill Kovach- actualmente al frente de la presidencia del Committee of Concerned Journalist, inició su carrera en el Prees Chronicle y ha sido acreedor a dos premios Pulitzer- en coalición con Tom Rosentiel-director actual de Project for Excellence en periodismo y vicepresidente del Committee of Concerned Journalist-  se dieron a la tarea de elaborar un texto en el que se narrara la crisis de valores, confianza y objetivos que ha venido atravesando el periodismo, explicando la escala axiológica que define al periodismo como una vocación pero también como una profesión.

Kovach y Rosenstiel en el tercero de los capítulos de su obra, capítulo denominado: ¿Para quién trabaja el periodista?, hacen un recorrido de todas las posibilidades respecto de al servicio de quién se encuentra la pluma de los periodistas; comienzan exponiendo la idea de que ha sido hasta finales del siglo XX que los líderes del periodismo (estadounidense), se convirtieron en hombres de negocios y que como en todo negocio, tienen que ajustarse a los presupuestos asignados y promover la atracción de nuevos clientes, lo cual sin duda ha sido un elemento clave para que los lectores hayan perdido confianza en las redacciones de la prensa.

El hecho de que el periodismo sea visto como un negocio, según estos autores, trajo consigo confusiones y problemas morales dentro de las instituciones periodísticas, socavando la capacidad de los periodistas de realizar su labor de redacción de noticias sin favoritismo o temor.

No obstante lo anterior, Kovach y Rosenstiel continúan señalando que existe un compromiso de observar cierta lealtad por encima de todo lo demás, compromiso que trae implícito unos de los elementos fundamentales del periodismo: “El periodismo debe lealtad ante todo a los ciudadanos”, señalan que dicho compromiso debe ser más importante y fuerte que el egoísmo profesional, debe ser considerado como “la independencia del periodismo”.

Sin menoscabo de lo señalado en los párrafos anteriores, dichos autores añaden que tal y como sucede con la muchas de las ideas profesionales, la independencia editorial le ha traído como consecuencia, el aislamiento, lo anterior es así, toda vez que, los periodistas al tratar de honrar y proteger sus redacciones de influencia o presiones externas o bien de intereses comerciales, y al no prestar atención a las presiones externas los puede conducir a una falta de compromiso con la comunidad, en parte ello se deriva de la profesionalización del periodismo.

Señalan como otra causa del aislamiento, el cambio en el tono del periodismo pues se ha venido convirtiendo en una actividad notablemente más sentenciosas y subjetivas, pues a su decir, cada vez se dedicaba más tiempo a comentar sobre lo que decían los personajes públicos que informar sobre ellos.

Kovach y Rosenstiel, sugieren cinco principios básicos que todo aquel que trabaja en el sector informativo debe respetar:

  1. El propietario/la empresa debe comprometerse en primer lugar con el ciudadano.
  2. Contratar directivos que también pongan al ciudadano en primer lugar.
  3. Establecer y declarar conceptos básicos claros.
  4. Los periodistas tiene la última palabra sobre las noticias.
  5. Comunicar al lector criterios claros. En este rubro los autores encuadran a la denominada “Declaración de Derechos del Espectador”, la cual perfila como precisión lo que los ciudadanos (de Tucson) tienen derecho a esperar de la cadena y de las personas que trabajan en ella.

En el Capítulo IV, de Los Elementos del Periodismo, “Periodismo de Verificación”, se señala que aunque no exista código alguno que lo establezca, los periodistas deben actuar confiando en algún método a través del cual les sea posible obtener información y verificarla, cada periodista puede tener su propio método de verificación, en eso consiste el tercer principio del periodismo: “La esencia del periodismo es la disciplina de la verificación”, que es uno de los principales elementos que lo distinguen de la propaganda, del entretenimiento, o de obras de ficción, pues el periodismo se centra en el relato fidedigno de la realidad de los hechos.

La posibilidad de verificar lo informado es parte fundamental del periodismo, de ahí que tome especial relevancia lo dicho por Walter Lippman en 1920 “No puede haber libertad en una comunidad que carece de la información necesaria para detectar la mentira”. Kovach y Rosenstiel indican que la disciplina de la verificación forma parte de uno de los conceptos más confusos del periodismo como lo es la objetividad.

La objetividad, a su decir, apelaba a la necesidad de que los periodistas elaborasen un método consistente en la verificación de la información, lo suficientemente transparente como para que los aspectos culturales no interfirieran en la veracidad de la información noticiosa., no obstante ello, a finales del siglo XIX, los periodistas más que hablar de objetividad, hablaban de realismo.

Es importante destacar que estos autores resaltan que en el concepto original, lo objetivo es el método, no el periodista, asimismo señalan que la imparcialidad y la equidad más que elevados principios son en realidad técnicas, mecanismos que guían al periodista al desarrollo de su trabajo de verificación y que jamás deben ser perseguidos por si mismos o invocados como objetivo del periodismo.

Kovach y Rosenstiel, describen los principios intelectuales de una ciencia de la información:

  1. Nunca añadas nada que no esté.
  2. Nunca engañes al lector
  3. Sé lo más transparente posible sobre tus métodos y motivos.
  4. Confía en tus propias investigaciones
  5. Haz profesión de humildad.

En este mismo capítulo se describen las distintas técnicas de verificación como lo pueden ser la edición escéptica, el test de veracidad, el lápiz rojo de Tom French, las fuentes anónimas, mas independientemente del método de verificación, los periodistas deben estar comprometidos con la verdad y ser leales a los ciudadanos por encima de cualquier otra institución, pues sólo de ese modo serán libres de buscar la verdad.

Kovach y Rosenstielm el capítulo VI de su obra, denominado “Vigilar al poder y dar voz al que no la tiene”, narran los inicios de periodismo de investigación, las críticas que recibió en su momento de auge, y señalan que las bases del periodismo de investigación quedaron firmemente establecidas en las primeras publicaciones periodísticas, en las primeras nociones de lo que hoy habría de ser una prensa libre, lo cual dio forma a otro de los principios fundamentales del periodismo: “Los periodistas deben ejercer un control independiente del poder”.

El principio periodístico señalado en el párrafo inmediato anterior, resulta ser con frecuencia transgredido, en el sentido que para mucho implica afligir al consolado; pues el principio de vigilancia y control trae implícitos algo más allá controlar al gobierno pues se extiende a todas las instituciones poderosas de la sociedad.

Estos autores mencionan que los periodistas de la actualidad, el papel de control y vigilancia, es aún esencial para su trabajo, ya que la finalidad de la función de vigilancia no es únicamente conseguir que la acción del poder sea transparente sino también exponer las consecuencias de la acción de ese poder y conseguir que sean entendibles.

Derivado de lo anterior es que de conformidad con el texto que nos ocupa, la práctica del periodismo de investigación ha ido transformándose con el tiempo, lo cual ha dado paso a nuevas modalidades; periodismo de investigación original, periodismo de investigación interpretativo e información sobre investigaciones ya en curso.

Para el caso de periodismo de investigación original, éste se refiere a que los propios reporteros buscan, investigan y documentan la noticia; el periodismo de investigación interpretativo es el resultado de una meticulosa reflexión y análisis de una idea y una cuidadosa búsqueda de datos; por su parte la información sobre investigaciones que ya están en curso, refiere más bien a reportajes basados en investigaciones hechas por otros.

Aldonza Lorenzo.

“Tres por tres, lucha constante por consolidar la transparencia en los procesos electorales.”

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La ONG Transparencia Mexicana, a través de su iniciativa denominada “tres por tres” ha venido impulsando la idea de que todo aquel candidato a un puesto de elección popular se comprometa a presentar ante el pueblo, ante los votantes, su declaración patrimonial, su declaración de intereses y su declaración de impuestos, de ahí su nombre de “tres por tres».

Transparencia Mexicana, pretende consolidar dicha práctica, la cual hasta hace poco era prácticamente inexistente, con la finalidad de que se generalice como una buena práctica en los comicios, con miras al 2018, el objetivo no es otro sino el desarrollo de elementos para una nueva cultura política, fundada con base en una mayor apertura frente al ciudadano por parte de  quienes aspiran a ocupar un puesto de elección popular.

Tres por Tres pretende que para el año de renovación de la presidencia de México, así como de la totalidad del Congreso, la mayor cantidad de candidatos ponga en manos de la opinión pública la información sobre su patrimonio, su compromiso fiscal y las áreas de un posible conflicto de intereses. Lo anterior con la finalidad de que México sea contemplado como una democracia funcional y efectiva, en la que esa información sobre el candidato sea fundamental. ¿Quién es el candidato? ¿Qué bienes, derechos y elementos conforman su patrimonio? ¿Ha sido responsable con sus obligaciones fiscales? ¿Enfrenta algún conflicto de interés?

El país esta necesitado de normas, procedimientos y elementos que le permitan hacer frente a la corrupción, al conflicto de intereses y a la opacidad en la clase política. Una nueva práctica sobre todo en materia política, requiere de cambios no sólo normativos e institucionales, sino además de una opinión pública exigente que en la práctica obligue  que se cumplan dichas prácticas.

Aunque en nuestro país de  conformidad con la Ley Federal de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos, es obligación de todo funcionario presentar una declaración patrimonial, los candidatos a puestos de elección popular no tienen que hacerlo, en ese sentido es que la iniciativa propuesta por Transparencia Mexicana, busca que la figura de declaración patrimonial con carácter público pase a formar parte del proceso electoral.

Según la propia página web de Transparencia Mexicana, analistas como Luis de la Calle, han señalado como mandatorio para restaurar la confianza en la clase política que la declaración fiscal se haga pública. Específicamente, De la Calle señala que los funcionarios podrían hacer pública sus declaraciones de los 5 años anteriores al momento en que tomarán posesión de un cargo, lo anterior, tomando en cuenta que los funcionarios son responsables del manejo presupuestario o si el Congreso es responsable de la asignación presupuestal, aquellos funcionarios involucrados en dichos procesos deben probar que han contribuido a generar los recursos públicos que habrán de administrar o sobre los que tiene influencia directa en sus decisiones. La declaración de impuestos es un fácil camino para comprobarlo.

En aras de consolidar políticas que impliquen un buen gobierno, es que Transparencia Mexicana a puesto en marcha dicha iniciativa, sin embargo es importante no perder de vista que los logros aún dependen de la voluntad de los candidatos o funcionarios, ya que el hecho de que dicha “iniciativa” quede plasmada en una norma, esta todavía en marcha.

Aldonza Lorenzo.